Fiebre del Valle (Coccidioidomicosis)

¿Qué es la Fiebre del Valle?

La Fiebre del Valle es una enfermedad de los pulmones causada por la inhalación de partículas del hongo coccidioides en el aire.

La infección ocurre cuando una persona o un animal inhala una espora:

Dentro del pulmón, la espora se transforma en una estructura multicelular más grande, Ilamada esférula. La esférula crece y al reventarse suelta endosporas que, a su vez, se convierten en nuevas esférulas.

Los síntomas de la Fíebre del Valle occurren generalmente antes de tres semanas después de la exposición. La Fiebre del Valle no es una enfermedad "contagiosa", es decir, no se transmite de persona a persona. Raramente ocurre una segunda infección (o recurrencia).

La Fiebre del Valle es prevalente en:

  • el Valle de San Joaquín y en el Valle Central de California
  • las regiones cálidas y desérticas del sur de Arizona (especialmente en Phoenix y en Tucson)
  • el sur de Nevada, Utah y Nuevo México
  • el oeste de Texas (especialmente en los alrededores de El Paso)
  • México (en los estados de Sonora y de Chihuahua)
  • suelos áridos y semi-áridos de América Central y América del Sur

Esta enfermedad es causada por el hongo Coccidioides que reside en suelos de regiones poco lluviosas, con temperaturas altas en el verano y moderadas en el invierno.

Las esporas del hongo se transportan al aire mediante polvaredas causadas por el viento o por excavaciones en sitios de construcción, de labranza, u otras actividades afines. La Fiebre del Valle deriva su nombre de su descubrimiento en el valle del San Joaquín, California, en donde también se denomina “Fiebre del Valle de San Joaquín", "Fiebre del Desierto" o "Reumatismo del Desierto". El nombre científico es coccidioidomicosis, o sea, infección micótica causada por el hongo coccidioides.

 

Quienes contraen la Fiebre del Valle?

Se estima que en los Estados Unidos más de 6 millones de personas viven en lugares donde el hongo causante de la Fiebre del Valle es prevalente o endémico.

Cerca del 80% de estas personas viven en el centro y el sur de Arizona, en areas que incluyen las ciudades de Phoenix y Tucson. En reacciones cutáneas administradas a un grupo de habitantes de Phoenix, Arizona y de Bakersfield, California, se obtuvieron un 30% a 40% de resultados positivos. Esto indica que casi la tercera parte de la población a la que se le aplicó esta prueba habría sido expuesta al hongo.

Entre quienes nunca han tenido Fiebre del Valle, el riesgo de infección es de cerca del 3% por año

Sin embargo, quienes han vivido mucho tiempo en regiones endémicas, corren un riesgo mayor. Cada año en el suroeste de los Estados Unidos hay aproximadamente 150,000 casos nuevos de infección.

El riesgo de exponerse a la enfermedad y de contraerla aumenta entre quienes trabajan en construcción, agricultura, arqueología u otras labores en las que se agita la tierra del desierto. Sin embargo, la enfermedad afecta a muchas personas que no tienen ningún riesgo ocupacional. La exposición a vendavales o a tierra recientemente agitada puede aumentar el riesgo de infección.

Durante ciertas estaciones del año hay más probabilidades de que la enfermedad ocurra.

En Arizona la infección es preponderante desde principios de Junio hasta fines de Julio y desde Octubre hasta Noviembre. En California, el riesgo de infección es más alto de Junio a Noviembre sin la pausa de fines de verano.

Muchos animales, tanto domésticos como nativos, son propensos a esta enfermedad.

Entre ellos los perros, caballos, ganados bovino y ovino, burros, coyotes, roedores, murciélagos y raramente serpientes. Los perros son especialmente propensos y con frecuencia requieren terapia a largo plazo con medicamentos antimicóticos.

 

¿Cuales son los síntomas?

En la mayoría de los casos de Fiebre del Valle, los síntomas son muy leves. Se cree que más del 60% de la gente infectada no presenta síntomas o estos son similares a los de la gripe, por lo cual estas personas no solicitan atención médica.

Los síntomas más comunes de quienes consultan a un médico, son:

  • cansancio
  • tos
  • dolor de pecho
  • fiebre
  • sarpullido
  • dolor de cabeza
  • dolor en las articulaciones

Algunas personas desarrollan eritema nudoso (nodulos dolorosos de color rojo que cambian a marrón en las extremidades inferiores). Estos síntomas no son exclusivos de la Fiebre del Valle y pueden ser causados por otras enfermedades, por lo tanto se requieren pruebas de laboratorio específicas para determinar que la Fiebre del Valle es la causa de los síntomas mencionados.

Recuperación

Por lo general, las personas con buen estado de salud se recuperan por completo de la infección en menos de seis meses. En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico responde con eficacia y no es necesario un tratamiento específico.

Nódulos en el pulmón

La Fiebre del Valle causa alrededor del 5% de la totalidad de los casos de pulmonía. En muchos de estos casos, se desarrollan nódulos en el pulmón, pequeños residuos de la infección que aparacen generalmente como lesiones solitarias, típicamente entre una y una pulgada y media de diámetro, y no producen ningún síntoma.

En una radiografía torácica, estos nódulos se asemejan al cáncer de pulmón. En general, no es posible hacer un diagnóstico definitivo sin extraer el nódulo, o una parte de él, por broncoscopía, aspiración con aguja percutánea, o por medios quirúrgicos.

Otro 5% de pacientes desarrollan cavidades pulmonares después de la infección inicial con Coccidioides.

Estas cavidades, generalmente asintomáticas, ocurren con más frecuencia en personas de edad avanzada, y en más del 50% de los casos, desaparecen dentro de los dos años. Ocasionalmente, estas cavidades se rompen, causando dolor en el pecho y dificultad para respirar y requieren intervención quirúrgica.

Del uno al dos por ciento de los pacientes con Fiebre del Valle que han requerido atención médica presentan diseminación a otras partes del cuerpo.

La diseminación más común es en la piel. Un cultivo proveniente de biopsia de lesiones de piel puede servir como diagnóstico de Fiebre del Valle. Los huesos y las articulaciones (especialmente las rodillas, las vértebras y las muñecas) son otros sitios frecuentes de diseminación. Los cambios en los huesos y en las articulaciones causados por la infección de la Fiebre del Valle se pueden ver en radiografías y escanogramas TAC de la parte del cuerpo afectada.

La meningitis es la complicación más grave y de mayor mortalidad en casos de infección diseminada.

Los síntomas incluyen dolor de cabeza, vómito, rigidez de cuello, y otras perturbaciones del sistema nervioso central. Para el diagnóstico definitivo de meningitis se requiere una punción lumbar.

 

¿Cuales son los factores de riesgo de las complicaciones?

Aunque la raza y el sexo de una persona no afectan su propensión a la infección de coccidioidomicosis primaria, podría ser que estos sí sean factores de riesgo de infección diseminada.

Los hombres tienen un riesgo más grande de sufrir diseminación de la infección que las mujeres. Varios estudios han demostrado que el índice de diseminación es más alto entre Africano-Americanos y Filipinos, en comparación con el resto de la población de los Estados Unidos. Se ha observado que la gente de origen nativo, Hispános y Asiáticos podrían tener un índice de diseminación más alto que el resto de la población de los Estados Unidos, pero esta diferencia no está bien definida.

Las personas que tienen deficiencias inmunológicas tambien tienen más riesgo de sufrir una infección diseminada.

En las regiones donde la Fiebre del Valle es endémica, esta enfermedad es una de las infecciones oportunísticas que afectan más frecuentemente a pacientes con VIH. Otros pacientes inmunocomprometidos debido a trasplante de órganos, con enfermedad de Hodgkin, mujeres embarazadas (en el tercer trimestre), o que están bajo terapia continua con corticoesteroides tienen tambien riesgo mayor de desarrollar la enfermedad diseminada.

 

¿Cómo se diagnostica la Fiebre del Valle?

Se sospecha la presencia de coccidioidomicosis solamente cuando se sabe que un paciente ha sido expuesto a la enfermedad porque ha viajado o porque vive en una zona endémica.

El diagnóstico se puede confirmar por:

  • identificación microscópica de las ésferulas micóticas en una muestra de tejido infectado, esputo o líquido obtenido por punción
  • identificación positiva del hongo Coccidioides proveniente de una muestra de tejido infectado, en el esputo o en un líquido obtenido por punción
  • detección de anticuerpos contra el hongo (por pruebas serológicas específicas para la Fiebre del Valle) en el suerosanguíneo o en muestras de líquido obtenido por punción

La prueba cutánea (llamada coccidioidina o esferulina) indica la exposición previa al hongo. Sin embargo, debido a que una persona expuesta en el pasado va a producir una reacción positiva para el resto de su vida, esta prueba no es particularmente útil como diagnóstico. Las radiografías toráxicas usualmente detectan las cavidades pulmonares causadas por la Fiebre del Valle en personas asintomáticas y que ni siquiera sabían que habian contraído la enfermedad.

Un resultado positivo de la prueba serológica indica casi siempre que el paciente sufre de Fiebre del Valle, sin embargo, más de la tercera parte de los pacientes con Fiebre del Valle pueden tener resultados negativos. Por lo tanto es necesario repetir las pruebas serológicas periodicamente.

 

¿Cuales son los tratamientos?

La mayoría de los pacientes con Fiebre del Valle se recuperan sin tratamiento y tendrán immunidad por el resto de sus vidas. En casos graves, por ejemplo en paciéntes en los cuales la enfermedad primaria es intensiva y de rápido desarrollo, o los que tienen alto riesgo de diseminación, o los que padecen de la enfermedad diseminada, se recomienda una terapia con medicamentos antimicóticos.

La gravedad de la enfermedad y la respuesta del paciente a la terapia determinan el tipo de medicamento que se vaya a usar y la duración del tratamiento.

Los medicamentos más utilizados en casos de enfermedad crónica, leve, y moderada son:

  • Ketoconazole
  • Itraconazole
  • Fluconazole

En casos de enfermedad progresiva de rápido desarrollo, se administra Amphotericin B por via intravenosa o intratecal.

Aunque estos tratamientos son en general efectivos, la presencia de Coccidioides puede persistir por muchos años y puede requerir un tratamiento de muy larga duración. Algunas veces es necesario reparar las cavidades pulmonares por medio de cirugía. Frecuentemente se tienen que hacer drenajes quirúrgicos de los abscesos causados por la Fiebre del Valle en los huesos y en las articulaciones.